El milenario sueño de volar tuvo múltiples precursores, desde el mítico vuelo de Dédalo y su hijo Ícaro en la antigua Grecia, pasando por los visionarios bosquejos de máquinas volantes de Leonardo Da Vinci, hasta llegar a la feliz aventura del primer vuelo en globo por los hermanos Montgolfier en 1783, y por supuesto el inicio formal de la aviación moderna 17 de diciembre de 1903, con el vuelo de los hermanos Orville y Wilbur Wright. La historia de la aviación, da fé de los inmesurables esfuerzos de la raza humana por elevarse hacia el firmamento.
En nuestro país, el 8 de agosto de 1920, el Crnl. Francisco Gómez de la Torre, Jefe de la Zona de Guayaquil, después de presenciar el espectacular vuelo del recientemente adquirido, Telégrafo I comandado por el piloto italiano Elia Liut, envió a la Presidencia de la República y al Jefe de Estado Mayor, un telegrama en el que destacó la enorme importancia que tenía la aviación y la necesidad de apoyo a esta actividad.
Estos hechos abrirían el camino para el 27 de octubre de 1920, el electo Presidente de la República Dr. José Luis Tamayo, consiguiera que el Congreso Nacional emita el decreto para la formación de dos escuelas de aviación, en Quito y Guayaquil.
Así nace la aviación militar y la Fuerza Aérea Ecuatoriana, escrita a fuerza de heroísmo y valentía, forjando una nueva casta de héroes llamada a defender su soberanía desde los cielos y llevar el nombre del Ecuador por todo lo alto.
En nuestro país, el 8 de agosto de 1920, el Crnl. Francisco Gómez de la Torre, Jefe de la Zona de Guayaquil, después de presenciar el espectacular vuelo del recientemente adquirido, Telégrafo I comandado por el piloto italiano Elia Liut, envió a la Presidencia de la República y al Jefe de Estado Mayor, un telegrama en el que destacó la enorme importancia que tenía la aviación y la necesidad de apoyo a esta actividad.
Estos hechos abrirían el camino para el 27 de octubre de 1920, el electo Presidente de la República Dr. José Luis Tamayo, consiguiera que el Congreso Nacional emita el decreto para la formación de dos escuelas de aviación, en Quito y Guayaquil.
Así nace la aviación militar y la Fuerza Aérea Ecuatoriana, escrita a fuerza de heroísmo y valentía, forjando una nueva casta de héroes llamada a defender su soberanía desde los cielos y llevar el nombre del Ecuador por todo lo alto.
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